El proceso de KYC implica una serie de pasos esenciales para la verificación de identidad:
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Identificación del cliente:
Las empresas deben solicitar documentos válidos que acrediten la identidad de sus clientes, como pasaportes, cédulas de identidad o documentos legales pertinentes.
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Verificación de la fuente de fondos:
Las empresas deben asegurarse de que el dinero que un cliente utiliza para sus transacciones proviene de una fuente legítima.
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Monitoreo continuo:
Una vez que se ha verificado al cliente, es crucial que las empresas mantengan un seguimiento constante para detectar cualquier actividad sospechosa o inusual. Esto incluye actualizaciones periódicas de los datos de los clientes.